Viernes Santo tras la gran granizada del Jueves Santo: salimos Fran y yo, siempre dejo que Fran elija el camino, pero esta vez tomé las riendas, quise emular una salida anterior en la que rodeabamos el aeropuerto y bajabamos por un carril hasta la desembocadura del río Guadalhorce.
Esta vez lo haríamos a la inversa, llegamos a Torremolinos sin contratiempos, bajamos al paseo marítimo de Playamar y la recorrimos hasta Guadalmar, desde aquí pasamos por el puente junto al Canal Sur, y comenzamos a encontrar barro y charcos, casi siempre los podíamos esquivar, al intentar encontrar el carril nos desviamos y acabamos en medio de las obras de la nueva pista del aeropuerto y llegamos a un sitio con un gran charco y al final una valla, sin salida, Fran se metió y se quedó medio atascado logrando sacar la bici llena de barro al igual que los zapatos.
Yo me había quedado atrás, pero como Fran insistió en que saltaramos la valla me metí con la misma suerte que él, salir lleno de barro, el pasó por debajo de la valla yo le pasé las dos bicis por encima y pasé debajo de la valla.
Salimos llenitos de barro, limpiamos lo peor y reanudamos el camino, salimos por Churriana y desde ahí enfilamos hacia la zona donde vuelan las maquetas. De repente Fran se desvió del camino y yo le seguí.
Era una bajada y tomé la curva con demasiada velocidad y demasiado cerrado, en medio de la cuesta había dos piedras grandes y varios agujeros, acabé metiendo la rueda delantera en una agujero, se quedó clavada y salí volando por encima del manillar.
Acabé de espaldas en el suelo, comprobé que estaba entero y que no había ningún hueso roto. Cuando me levanté vi a Fran a lo lejos buscandome. La bici también estaba entera.
Después llegamos a casa de Fran le dimos un lavado a las bicis y a las zapatillas.
Esta vez lo haríamos a la inversa, llegamos a Torremolinos sin contratiempos, bajamos al paseo marítimo de Playamar y la recorrimos hasta Guadalmar, desde aquí pasamos por el puente junto al Canal Sur, y comenzamos a encontrar barro y charcos, casi siempre los podíamos esquivar, al intentar encontrar el carril nos desviamos y acabamos en medio de las obras de la nueva pista del aeropuerto y llegamos a un sitio con un gran charco y al final una valla, sin salida, Fran se metió y se quedó medio atascado logrando sacar la bici llena de barro al igual que los zapatos.
Yo me había quedado atrás, pero como Fran insistió en que saltaramos la valla me metí con la misma suerte que él, salir lleno de barro, el pasó por debajo de la valla yo le pasé las dos bicis por encima y pasé debajo de la valla.
Salimos llenitos de barro, limpiamos lo peor y reanudamos el camino, salimos por Churriana y desde ahí enfilamos hacia la zona donde vuelan las maquetas. De repente Fran se desvió del camino y yo le seguí.
Era una bajada y tomé la curva con demasiada velocidad y demasiado cerrado, en medio de la cuesta había dos piedras grandes y varios agujeros, acabé metiendo la rueda delantera en una agujero, se quedó clavada y salí volando por encima del manillar.
Acabé de espaldas en el suelo, comprobé que estaba entero y que no había ningún hueso roto. Cuando me levanté vi a Fran a lo lejos buscandome. La bici también estaba entera.
Después llegamos a casa de Fran le dimos un lavado a las bicis y a las zapatillas.
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